Entre 3599 canciones, entre tantos recuerdos y entre tantas emociones y géneros hay una canción que me pone triste, pero no porque me recuerde a una situación o porque me quiera cortar las venas, sino porque lo que dice la letra es como si hablaran de la vida de alguien, es como si describieran detalle a detalle su sentir, su malestar y su recuerdo y me recuerda que no puedo terminar mi misión.
Esa canción me hace pensar mucho, me hace recordar en el guerrero que tengo que salvar y me hace recordar que necesito a mi compañera angel.
No soy salvadora como si trabajara en la iglesia, ¡salvo!, pero diferente, lo soy para sacar la sonrisa oculta detrás de ese rostro, para reflejar una risa sincera, para mostrar la felicidad del mundo, pero para eso necesito a mi compañera, para suplicarle que regrese, que vuelva, pero que regrese como fue, no como es ahora.
Somos angeles terrenales para salvar esa alma, ya que por mucho que uno como angel llegue a perder, y que sepamos que ya no hay dirección, tenemos que mejorar el panorama que se nublo.
Yo podría recorrer montañas de nostalgia, lunas en eclipse y nostalgias interminables por regresar y liberar a mi compañero ángel, suplicarle nuestra misión, suplicarle que regrese.
Pensar demasiado es como cortarse una vena, es demasiado dolor para un ángel, son días de muerte, no sabemos si realmente ese ángel recapacite o si siquiera este debajo de un árbol, nadando en un río o más cerca de lo que imaginamos, pero si me toco ser un ángel y es mi deber podría enloquecer y buscar en cada rincón con tal de sanar esa herida, lo perdimos, perdimos a mi compañero angel, lo perdimos y no lo encotramos, pero tenemos que encontrarlo, esa es la misión, salvar a ese guerrero cuya misión es la misma, pero en tiempos diferentes.
Porque al final yo salgo sobrando, necesito a mi compañero angel para que se quede, porque yo no pertenezco a esta misión, y eso me duele como una espada quemandome en el pecho.
Los días (without you) son como morir.
Lo malo es que como angeles que somos tenemos que sacrificar nuestra alma y no al diablo, pero si a los guerreros, guerreros que no aprecian las alas para volar poco a poco, y elevarse en el paraíso, nos clavaran esa espada que tanto quema, somos ángeles y sólo uno puede salvar un alma, sólo uno se creo para cada alma, pero a veces se necesita la ayuda de otro para salvar a los guerreros.
Lo malo es que mis alas no estan largas, son cortas, brillan muy bonito bajo el sol, pero son cortas, no se elevan para la misión que me toco.
¡Paz!