A veces me da curiosidad la humanidad, sobre todo las mujeres, en especial las gorditas.
Había una vez una chava que no era muy bonita, lo que sobresalía de ella eran sus tremandas tetotas pero para acabarla de amolar ni escotes utilizaba.
Siempre quiso ser la mejor en todo, en la escuela, en los novios, en el trabajo, en el dinero, porque sabía que con su físico no llegaría muy lejos, estaba loca y creo que cada vez esta peor.
Hace algunos años se empezó a deprimir porque no le fue muy bien, tuvo un pedísimo súper triste que nadie lo desea, ni yo se lo deseo a mi peor enemigo, el caso es que nunca se quiso levantar y termino por deprimirse en una burbuja llena de aceite, descubrió un mundo lleno de comida, grasa y carbohidratos.
Por más que uno mostró interés y preocupación, ella decidió hacer su mundo del tamaño de una hoja, pudiendo tener un árbol.
Y un día opto por amargarse y lo único que la hacía feliz era la comida, así que comió y comió, se comió a su ex novio, a su familia y ahora vive en un pueblo con el alma negra, llena de envidia, rencor, coraje, tristeza, amargura y principalmente grasa.
La niña engordo y sigue engordando, tal parece que los adipocitos son sus únicos amigos.
No me queda más que sentir lástima por ella y cuidarme, no vaya a ser que le de hambre y me quiera comer, aunque yo soy puro huesito, soy 52 kilitos no de adipocitos sino de serotonina y noradrenalina.
#Lessfat #Bitch