Leí las primeras páginas de un libro y me gusto, por lo tanto lo voy a compartir:
Perseguir a alguien en la calle. Presentarse en su casa sin avisar. Investigar todos sus movimientos. Contratar a un detective para que siga a la persona que te interesa. Verl@ sin que te vea. Dichos comportamientos no sólo están mal vistos por la sociedad sino también por la ley. Alguien que hace eso, que está obsesionad@ de esa forma, se considera una persona enferma y probablemente acabe en la cárcel o con una orden de restricción de distancia impuesta por la ley.
Las redes sociales nos han permitido tener ese comportamiento sin que realmente esté considerado una enfermedad o por lo menos no una que ya esté aprobada por alguna asociación de psiquiatría, y nadie se va a ir a la cárcel por ver una y otra vez el perfil de una persona en Facebook.
Todos, en algún momento hemos utilizado alguna red social para averiguar acerca de la vida de otras personas. La diferencia es que cada persona pone la información que quiere mostrar; es una especie de permiso de invasión a la privacidad no privada.
El problema es que cualquier cosa que veas y leas en Facebook o Twitter lo vas a malinterpretar porque tu cerebro y tu corazón no estaban funcionando correctamente. Traicionan. No lees o ves con los ojos sino con el ego que esta completamente dañado.
Las redes sociales han logrado sacar el stalker que todos llevamos dentro.
Ya se perdio el misterio, si quieres saber algo de alguien, te metes a su perfil de Facebook y ya.
Somos victimas de nuestra propia libertad. La obsesión y los problemas creados por las redes sociales se han vuelto parte cotidiana de nuestra vida emocional.
¿Qué caso tiene torturarnos viendo el pasado y el presente de personas que pertenecen a nuestro pasado o a nuestro presente? A lo único que lleva es a un futuro cuestionable y a un presente doloroso.
Si queremos que el mundo emocional tenga alguna oportunidad de sobrevivir hay que saber frenar la obsesión y empezar a lidiar con la vida por fuera.
Perseguir a alguien en la calle. Presentarse en su casa sin avisar. Investigar todos sus movimientos. Contratar a un detective para que siga a la persona que te interesa. Verl@ sin que te vea. Dichos comportamientos no sólo están mal vistos por la sociedad sino también por la ley. Alguien que hace eso, que está obsesionad@ de esa forma, se considera una persona enferma y probablemente acabe en la cárcel o con una orden de restricción de distancia impuesta por la ley.
Las redes sociales nos han permitido tener ese comportamiento sin que realmente esté considerado una enfermedad o por lo menos no una que ya esté aprobada por alguna asociación de psiquiatría, y nadie se va a ir a la cárcel por ver una y otra vez el perfil de una persona en Facebook.
Todos, en algún momento hemos utilizado alguna red social para averiguar acerca de la vida de otras personas. La diferencia es que cada persona pone la información que quiere mostrar; es una especie de permiso de invasión a la privacidad no privada.
El problema es que cualquier cosa que veas y leas en Facebook o Twitter lo vas a malinterpretar porque tu cerebro y tu corazón no estaban funcionando correctamente. Traicionan. No lees o ves con los ojos sino con el ego que esta completamente dañado.
Las redes sociales han logrado sacar el stalker que todos llevamos dentro.
Ya se perdio el misterio, si quieres saber algo de alguien, te metes a su perfil de Facebook y ya.
Somos victimas de nuestra propia libertad. La obsesión y los problemas creados por las redes sociales se han vuelto parte cotidiana de nuestra vida emocional.
¿Qué caso tiene torturarnos viendo el pasado y el presente de personas que pertenecen a nuestro pasado o a nuestro presente? A lo único que lleva es a un futuro cuestionable y a un presente doloroso.
Si queremos que el mundo emocional tenga alguna oportunidad de sobrevivir hay que saber frenar la obsesión y empezar a lidiar con la vida por fuera.
3 comentarios:
Chale, ¿Quién me estará espiando a mi?
Yoooo Cerebro! yo te espío cada hora, conzco tus movimientos y hasta cada neurona de tu sistema! Muajajajaja! :P
Caracoles xD
¡Verdades como puños, Eli! Es cierto que en estos días, para ligarte a la chava que te gusta, debes de primero hacer que te agregue en Facebook y luego stalkearle de pies a cabeza el perfil, cuando antes se debía conocer bien a la fémina en cuestión y hablarla, tratarla y todo bien bonito.
"Las redes sociales han logrado sacar el stalker que todos llevamos dentro"
Jaja, perdón... pero eso va a Facebook XD
¡Saludos! Gran entrada ;3
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